30 de septiembre de 2014

Los lobos dentro mío

Una leyenda del pueblo cherokee

 


Un viejo anciano le dijo a su nieto, que se acercó a él con enojo por un amigo que le había hecho una injusticia:  

 

"Déjame que te cuente una historia:

Yo también, a veces, he sentido un gran odio por los que han tomado tanto, sin pena por lo que hacen.

Pero el odio te desgasta, y no hace daño a tu enemigo. Es como tomar veneno deseando que tu enemigo muera. He luchado con estos sentimientos muchas veces"

Y añadió: "Es como si hubiera dos lobos dentro mío. Uno es bueno y no hace daño. Él vive en armonía con todo a su alrededor, y no se ofende cuando no hubo intención de ofensa. Él sólo va a luchar cuando es correcto hacerlo, y de la manera correcta.

Pero el otro lobo, ¡ah! Él está lleno de ira. La más pequeña cosa le genera un ataque de ira. Él lucha contra todos, todo el tiempo, sin ninguna razón. Él no puede pensar porque su ira y el odio son tan grandes. Es rabia impotente, porque su ira no cambiará nada.

A veces, es difícil vivir con estos dos lobos dentro mio, porque ambos tratan de dominar mi espíritu"

El niño miró fijamente a los ojos de su abuelo y le preguntó: "Cuál de ellos gana, abuelo?"

El abuelo sonrió y dijo en voz baja: "El que yo alimente"


Emociones y neuroplasticidad cerebral




EMOCIONES Y NEUROPLASTICIDAD CEREBRAL

Artículo publicado en el Monográfico de Neurociencias de la Revista de la Asociación Española de Terapia Gestalt.
Autor: Alejandra Sánchez Yagüe



Todos podemos ser escultores de nuestro propio cerebro”.

Santiago Ramón y Cajal





Cerebro, emociones y neuroplasticidad: 

El cerebro es un sistema adaptativo que está en continua interacción con el medio ambiente, recibiendo constantemente información nueva, aprendiendo de la experiencia y modificando el comportamiento. Este sistema empieza su proceso de envejecimiento entorno a los 28 años.

Los últimos descubrimientos en neurociencia demuestran que el cerebro es mucho mas plástico de lo que pensábamos hasta ahora y de que puede cambiar con esfuerzo e intención. Según Norman Doidge, experto en neuroplasticidad cerebral, nuestros pensamientos modelan nuestro cerebro.

El cerebro tiene principalmente 3 zonas:

La primera zona es el cortex, que es el cerebro racional o cerebro pensante. La segunda zona es el cerebro límbico o cerebro subconsciente, en el cual residen las emociones, miedos y sensaciones. Este cerebro influye bastante en el proceso de decisión, y lo hace de una forma inconsciente: mientras el cortex habla, el límbico no puede explicar nada, es silencioso, y es por esto que es tan difícil decodificarlo. La tercera zona es el cerebro reptiliano, el cual ni piensa ni siente, simplemente actúa en base a criterios de supervivencia. Es el cerebro del comportamiento biológico instintivo.

El neurocientífico Francisco Rubia, autor de “El cerebro nos engaña”, afirma que solo el 2% de nuestros procesos cerebrales son conscientes. Nuestros cerebros han sido diseñados para sobrevivir, no para tomar decisiones estratégicas en entornos hipercomplejos.

El psicólogo Ap Dijksterhuis ha demostrado en numerosos experimentos que cuando se trata de decisiones complejas, utilizar procesos emocionales mejora la toma de decisiones frente a los procesos racionales.

Jonah Lehrer, autor de “Cómo decidimos”, muestra cómo en la toma de decisiones complejas el cerebro racional parece poco útil, mientras que el cerebro emocional puede conectar más cantidad de información y complejidad.

Daniel Kahneman, psicólogo israelita, premio Nobel de Economía, padre de la toma de decisiones, nos dice que nuestro cerebro utiliza básicamente un tipo de sistemas automáticos o intuitivos que están activos la mayor parte del tiempo, independientemente de nuestra voluntad. Según Kahneman, el cerebro se guía por principios de economía cerebral, simplificando lo que ve y escucha y activando muy poco un segundo tipo de sistemas cerebrales más analíticos.

Por lo tanto, a pesar de lo que nos han enseñado, no somos fundamentalmente seres racionales y analíticos, somos sobre todo seres intuitivos y emocionales que decidimos, incluso en situaciones complejas, siguiendo nuestras emociones.

Función de los hemisferios cerebrales, la amígdala y la corteza prefrontal en la autorregulación emocional:

Numerosos estudios realizados han demostrado que las personas con una mayor activación del hemisferio izquierdo se recuperan más rápidamente de estímulos afectivos negativos.

A través de estudios de neuroimagen se ha descubierto que la corteza prefrontal presenta fuerte conexión con la amígdala y que los niveles elevados de activación prefrontal son los responsables de la modulación de la actividad en la amígdala, una estructura en la base del cerebro que se sabe que tiene un papel importante en el procesamiento de la memoria y la emoción.

Un nuevo estudio ha encontrado que el etiquetado de emociones negativas tal como las experimentamos puede ayudar a superarlas. En este estudio, investigadores de la Universidad de California reclutaron a 88 participantes, los cuales tenían en común el miedo a las arañas. El objetivo de este estudio fue probar qué estrategias de regulación emocional son más eficaces en la superación del miedo.

En la primera parte del experimento, todos estaban instruidos para caminar cada vez más cerca de una tarántula viva en un recipiente abierto para que con el tiempo la tocaran, si se veían capaces de ello.

La respuesta de cada individuo al miedo se medía en función de lo cerca que el participante podía llegar a la araña, su nivel reportado de angustia y las respuestas fisiológicas tales como la cantidad de sudor de las manos (que suele ser un signo de temor y ansiedad).

Los participantes se dividieron en 4 grupos separados. Cada grupo estaba sentado en frente de una tarántula en un recipiente cerrado:

Grupo A: A los sujetos se les pidió que describieran las emociones que estaban experimentando y etiquetaran sus reacciones a la tarántula. Por ejemplo: "Estoy ansioso y asustado por la araña horrible y aterradora".

Grupo B: A los sujetos se les pidió que usaran términos neutrales que no transmitiesen su miedo y estuviesen destinados a hacer que la experiencia pareciese menos amenazadora. Por ejemplo: "Esa pequeña araña no puede hacerme daño, yo no tengo miedo de eso".

Grupo C: A los sujetos se les pidió que dijeran algo que no era pertinente para el caso.

Grupo D: A los sujetos no se les pidió decir nada. Ellos fueron expuestos sólo a la araña.

Después de esta sesión, a cada participante se le pidió de nuevo que se acercara a la tarántula en un recipiente abierto, y se midió por segunda vez su respuesta al miedo.

Sorprendentemente, se encontró que el grupo A superó con creces a todos los otros grupos en la superación de su miedo. Las personas que etiquetaban y describían sus emociones eran más propensas a estar más cerca de la araña que los otros tres grupos. También mostraron respuestas menos fisiológicas, tales como menor sudoración.

Además, los psicólogos analizaron los términos utilizados para describir el miedo y encontraron que aquellos que utilizaban un mayor número de palabras negativas tendían a enfrentarse mejor a sus miedos.

Michelle Craske, profesor de Psicología de la Universidad de California y autor principal del estudio, concluía diciendo que "la implicación de la investigación es animar a los pacientes a etiquetar las respuestas emocionales que están experimentando y a verbalizar sus sentimientos. Esto permite a las personas experimentar las cosas a las que tienen miedo y decir: "Me siento asustado en este momento." Ellos no están tratando de evitarlo y decir que no es tan malo. Están en el momento y se permiten experimentar lo que les está pasando”.

Esta estrategia es muy similar a las técnicas utilizadas en Mindfulness. En la meditación consciente, los meditadores suelen hacer "notas mentales" de los pensamientos y emociones que están experimentando en ese momento.

La meditación Mindfulness entrena el cerebro en el desarrollo de la atención, en la disminución de los juicios, en la recuperación frente a la adversidad y en el desarrollo de la resiliencia. La ausencia de juicios es muy importante, porque lo que ocurre con las interacciones emocionales - en particular las negativas - es que en lugar de prestar atención sin juzgar, juzgamos, y estos juicios conducen a la rumiación y la perseveración de esta emoción más allá del momento en el que se produjo. Si podemos aprender a prestar atención sin juzgar, esto nos ofrece la posibilidad de tener una recuperación más rápida.

Así, por ejemplo, si tenemos en la mañana una pelea con alguien cercano a nosotros, algunos de nosotros seguimos repitiendo todo el día esta emoción de rabia en nuestra cabeza durante muchas horas después del momento de la pelea original.

Hay una parte del cerebro llamada corteza prefrontal ventrolateral derecha que juega un papel importante en la regulación emocional. Los investigadores del cerebro han descubierto que esta parte del cerebro se activa cuando etiquetamos nuestros sentimientos y reacciones emocionales.

Cuanto más capaces seamos de analizar las emociones y verbalizarlas, menor será su impacto negativo.

Varios estudios han apoyado la hipótesis de que el entrenamiento en meditación mejora la regulación emocional de los practicantes. Los estudios realizados a través de neuroimagen han encontrado que la formación en meditación parecía disminuir la activación de la amígdala a los estímulos emocionales.

La meditación puede provocar cambios duraderos y beneficiosos en la función cerebral, especialmente en el área del procesamiento emocional.

Posicionamiento del terapeuta y neuroplasticidad cerebral:

Nuestro cerebro tiene trillones de conexiones neuronales. Tenemos también neuronas en los intestinos y en el corazón (McCraty 2010; Siegel, 2010). Todo nuestro cuerpo está procesando información a través de esta red neural, la cual está conectada con el hemisferio derecho de nuestro cerebro, el cual no procesa esta información de una manera lineal y lógica.

El proceso terapéutico, a través de la toma de conciencia de lo que está sucediendo a nivel corporal y de las sensaciones, permite dar cuerpo y sentido a todo esta información. El uso de metáforas, por ejemplo, permite integrar lo que está en el hemisferio derecho con el hemisferio izquierdo.

En la terapia Gestalt la atención a lo que pasa en el cuerpo es muy importante. Prestar atención al aquí y ahora es una manera de esculpir el cerebro: la atención consciente desarrolla los tejidos neurales de la zona prefrontal, lo cual aumenta la empatía, la atención y la autorregulación emocional. (Siegel, 2010)

También el hecho de que se invite al paciente a que conecte con sus sensaciones y emociones en ese momento ayuda a crear nuevas conexiones neuronales. Al articular con palabras lo que se siente en el cuerpo, establecemos una relación entre el hemisferio derecho (sensaciones, metáforas…) e izquierdo (la expresión verbal, lo racional y lineal).

Además, si a los pacientes se les pide que identifiquen sus emociones y sensaciones y conecten con ellas, se sentirán menos molestos, ansiosos o tristes a largo plazo debido a que las áreas cerebrales que se activan en la corteza prefrontal inhiben el funcionamiento de la amígdala.

Las neuronas espejo nos permiten emocionarnos cuando alguien se emociona, sentir rabia cuando alguien siente rabia por un hecho que le sobrepasa, y de esta manera interactuar con el otro intuitivamente a través de nuestro sistema neural espejo.

Los descubrimiento científicos demuestran que las mismas neuronas se activan en nuestro cerebro tanto en el caso de que lo hagamos nosotros mismos como cuando vemos hacerlo al otro de una manera intencionada (esto no se aplica a los casos de acciones sin sentido y caóticas).

En nuestro cerebro tenemos neuronas multimodales que se activan tanto en el caso de que seamos nosotros los que realicemos una acción, como en el caso de que veamos a alguien realizar esa acción (esto se realiza a través de las neuronas motoras), nos imaginemos o visualicemos a nosotros mismos realizando esa acción, o nos acordemos de un momento en el pasado en el que realizamos esa acción.

La investigación realizada por el profesor Richard Boyatzis, experto en inteligencia emocional, demostró que se incrementaban en un 50% o mas los niveles de cortisol (un indicador de estrés) de los participantes de la investigación cuando eran evaluados por terceras personas y consideraban que podían sufrir un menoscabo en su status (Rock and Page, 2007). El cerebro es altamente reactivo a las posibles variaciones de su status.

Cuando el cerebro está sometido a las reacciones de estas sustancias químicas asociadas al estrés, sus niveles de creatividad y de búsqueda de soluciones a largo plazo bajan (Arnsten, 2008).

De esta forma el terapeuta que se posiciona sin juicios ni prejuicios sobre el paciente estaría sentando las bases para que el cerebro del paciente fuese mucho más plástico y receptivo a la creatividad y al cambio.

Además, nuestras expectativas dan forma a nuestra experiencia (Kirsch, 1999) y, de este modo, si el terapeuta tiene la expectativa de que su paciente hará progresos en el proceso terapéutico y considera que éste tiene todos los recursos necesarios para sanarse, buscará evidencias de esto e impulsará el progreso del paciente.

El nivel de presencia del terapeuta también tiene una incidencia notable en el proceso terapéutico. El nivel de empatía, apertura y flexibilidad del terapeuta y la ausencia de directivas y juicios ayuda a la creación de sinapsis neuronales (Siegel, 1999). El Dr Siegel es un gran estudioso del modelo de apego seguro entre padres e hijos y considera que es imprescindible, para que la relación terapéutica funcione, que el terapeuta cree un apego seguro con el paciente, con el objeto de que el paciente se sienta apoyado y comprendido.

Investigaciones hechas en el campo del coaching con resonancias magnéticas demuestran que la habilidad de la curiosidad y de la apertura mental en el coach es crítica a la hora de que el cliente se comprometa, aprenda y evolucione en el proceso. En estas investigaciones se hicieron comparativas de procesos en los que el coach era positivo, compasivo y abierto y procesos en los que el coach se enfocaba a los fallos del cliente, emitía juicios y tenía ideas preconcebidas sobre él (Boyatzis and Jack, 2010). Salvando las diferencias que existen entre un proceso terapéutico y un proceso de coaching, creo que podemos extrapolar los resultados de estas investigaciones al campo de la terapia Gestalt. Según Zull, cuando el terapeuta estimula la reflexión, esto lleva al cliente a profundizar en el aprendizaje, ver otras perspectivas y por lo tanto, crear nuevas sinapsis neuronales.

La terapia Gestalt activa el funcionamiento de los dos hemisferios del cerebro y conecta al paciente con sus emociones e intuiciones. Aquello que el paciente siente e intuye, el buen terapeuta lo utiliza como herramienta preciosa de crecimiento. No sólo se da cabida a lo racional y a los pensamientos del paciente, sino también a lo emocional, posibilitando una integración de ambos hemisferios cerebrales y por lo tanto facilitando la flexibilidad y apertura mental, lo cual abre las puertas a la búsqueda de alternativas y soluciones (Siegel, 2010).

Si en un proceso terapéutico nos limitáramos solamente a analizar el lenguaje del paciente, dejando al cliente sentado y dando rienda suelta a su cháchara mental (sin atender a lo obvio, como decía Fritz Perls, es decir, aquellas manifestaciones de lo inconsciente en lo corporal y lo emocional) nos quedaríamos en un proceso terapéutico que activaría principalmente las funciones del hemisferio izquierdo.

Si el terapeuta practica una escucha activa y desarrolla un nivel de escucha de 360 grados (incorporando lo que le pasa a él cuando escucha, lo que le pasa al paciente cuando habla y todo lo demás que sucede en el entorno terapéutico, además de la intuición) estará activando no sólo su hemisferio derecho sino también el de su paciente, realizando una comunicación integradora de gran valor para la plasticidad neuronal del paciente.

Bibliografía:

  • Co-active coaching and the Brain: Neuroscience Research Supports the Efficacy of the Co-Active Model”. Ann Betz. August 1, 2012. Coactive.com.
  • Effects of mindful-attention and compassion meditation training on amygdala response to emotional stimuli in an ordinary, non-meditative state”. Frontiers in Human Neuroscience, 2012; Gaëlle Desbordes, Lobsang T. Negi, Thaddeus W. W. Pace, B. Alan Wallace, Charles L. Raison, Eric L. Schwartz.
  • The emocional life of your brain”, Richard J. Davidson and Sharon Begley. qHachette UKq, q01/03/2012q.
  • Cerebro y Mindfulness”, Daniel J. Siegel. Paidós Transiciones. Septiembre 2010.
  • En busca de Spinoza. Neurobiología de la emoción y los sentimientos”, Antonio Damasio. Ediciones Destino. Colección Imago Mundi 202. Barcelona, 2011.
  • El cerebro emocional”, Joseph Leroux. Editorial Planeta, Barcelona 1999.
  • El cerebro y la inteligencia emocional”, Daniel Goleman. Ediciones B, Barcelona 2012.
  • El cerebro nos engaña”, Francisco J. Rubia. Ediciones Temas de Hoy, Barcelona 2007.
  • Cómo percibimos el mundo, Una exploración de la mente y los sentidos”. Ignacio Morgado. Ariel, Barcelona 2012.
  • Cómo decidimos y cómo tomar mejores decisiones”, Jonah Lehrer. Paidós Ibérica Barcelona 2011.

"La sociedad no es algo diferente a mí"



¿Puedes vivir en esta sociedad enferma (inmoral, corrupta y todo lo demás…) sin perder la honestidad contigo mismo? ¡Claro que puedes!

Entonces tendrás que preguntarte:“¿Qué es la sociedad? ¿está la sociedad separada de mi? ¿o yo mismo soy la sociedad? ¡Yo soy la sociedad, yo he creado a ese monstruo! Soy parte de él. 

La sociedad no es algo diferente a mí. ¿No es cierto? Así que no se trata de cambiar el círculo externo (las estructuras sociales y todo el juego político…) 

Primero debo poner mi casa en orden. MI CASA. Profundamente en orden. Y entonces habrá orden ahí afuera.

Si yo, y usted y todos los que escuchan ponemos primero nuestra casa en orden ¡habremos creado una nueva sociedad!

J. Krishnamurti

29 de septiembre de 2014

"Una forma de encontrarse"

Entrevista a Carl Rogers - 1984



Esta entrevista con el Dr. Rogers apareció en la revista "Laughing Man Magazine", en el  invierno de 1984, tres años antes de su muerte. 
 
Carl Rogers

 

 "el hecho verdadero de todo esto es que soy demasiado religioso para ser religioso"


 



P: Los humanistas tienden a tener una fe sin límites en la posibilidad de que los hombres usen su razón para mejorar su vida. Y ellos generalmente rechazan el aspecto llamado "sobrenatural o metafisico" de la vida en sus explicaciones del mundo. Así el humanismo termina a menudo siendo una religión antropocéntrica hecha y derecha. ¿Usted definiría su posición en vista de esa perspectiva filosófica?

Rogers: No creo que el mundo o la humanidad mejore con el ejercicio de la razón solamente. Si vamos a mejorar como individuos, como grupos, como instituciones o naciones, eso será debido a aprender como personas enteras, que incluye lo intelectual, lo emocional, y en años recientes utilizaría de forma renuente la palabra "espiritual" también. Uno de las problemas de nuestra sociedad tecnológica es que crece sobre el hecho de que confiamos totalmente en el intelecto y la razón. 
 
P: Los conceptos tales como Dios, Uno Mismo, lo Transcendental, Sentido Universal, o Dios-Realización no entran en sus trabajos. ¿Tienen lugar en su vida personal? 

Rogers: Todos esos términos tienden a ser cargados con toda clase de connotaciones. Alguna gente que me conoce bastante me dice que sea más espiritual. Quizás lo sea, aunque no me gusta usar la terminología religiosa. No creo que esto sea un universo por accidente. Eso siento. Y cualquier fuerza que está funcionando a través del universo podría, posiblemente, ser una fuerza de lucha. Nuestra lucha es una parte de otra universal hacia la mayor armonía, a la mayor perfección. Ésa es una vista espiritual del universo, pero no es de las que cabe en las nociones de la mayoría de la gente sobre Dios. 

P: En el libro "El Camino del Ser" usted enumera algunas de las cualidades de la persona del futuro. Uno de éstos es un deseo vivo por lo espiritual. ¿Qué significa para usted el término "espiritual"?

Rogers: Para mí apunta a dos connotaciones. Una es transcendental. Hay momentos en la experiencia del grupo o en la experiencia terapéutica donde parece como si el consultante y el terapeuta han dado ligeramente con algo que es más grande que cualquiera de ellos. Lo espiritual también refiere al respeto verdadero de los valores de uno, del valor y dignidad como individuo. Los valores humanísticos podrían llamarse una parte de la espiritualidad. Recuerdo una vez cuando un grupo de sacerdotes que realmente me presionaban a admitir que yo era religioso, les dije. "el hecho verdadero de todo esto es que soy demasiado religioso para ser religioso." Para mí eso expresa algo absolutamente verdadero. Hablar de espiritualidad o de Dios no dota a la vida de su calidad religiosa o espiritual. La manera que vivo mi vida es una tentativa de expresar este aspecto que, mejor se deje indefinido.
  
P: ¿Qué le hace renuente escribir o hablar sobre espiritualidad?

Rogers: No siento que pueda comunicarme muy directamente sobre la calidad de la vida espiritual de una manera que no fuese mal entendida, porque todas las palabras tienen muchas connotaciones. Mi opinión se ha ampliado recientemente en una nueva área que no se puede estudiar hasta ahora en forma empírica. Cuando estoy mejor como facilitador de grupo o como terapeuta, estoy más cerca del mí mismo interior, o quizás en un estado levemente alterado de conciencia, entonces lo que hago parece ser plenamente curativo. Mi sola presencia alivia y es provechosa. No puedo forzar esta experiencia, sino que cuando puedo relajarme y estar cerca de mi base transcendental, puedo comportarme de maneras extrañas e impulsivas en las relaciones, que no puedo justificar racionalmente y que no tienen nada que ver con mis procesos intelectuales. Pero estos comportamientos extraños resultan correctos en cierta forma. El crecimiento profundo, curativo, y la energía está presente. En esos momentos, parece que mi ser interno ha salido afuera y ha tocado el ser interno del otro. Nuestra relación se supera y se convierte, en parte, en algo más grande.
P: ¿Usted convendría que terapeuta y consultante se están esforzando en última instancia en conectar el uno con el otro, en lo que sienten antes de todo el conocimiento y las limitaciones de la mente, de la emoción, y del cuerpo? ¿Es decir, se esfuerzan por superar mutuamente la separación evidente entre ellos?

Rogers: Déjeme hablar sobre eso. Pienso que los momentos más profundos de la terapia son aquellos en los cuales usted puede casi sentir el enlace ectoplásmico del terapeuta y el consultante. El enlace es tan cercano que cada persona puede hablar a la otra o saber lo que está pensando la otra. Siento que ésos son los mejores momentos, la mayor elevación o la recompensa en la terapia. Me opongo a la palabra como objetivo, estar realmente "cerca" de una persona es uno de los aspectos de mayor satisfacción en la vida.

P: ¿Usted siente que ésta puede ser la base real para restaurar a la persona consigo mismo y a su ser desde el principio?

Rogers: Sí, siento eso, aunque no sabría definir o describir qué lo causa. 
 
P: Si una persona es mas que el aparente sí-mismo, en relación con otros aparentes sí-mismos, entonces ¿es la propia mejoría o la tendencia actualizante un modelo suficiente para la terapia psicológica? ¿No debería incluir el modelo tambien la auto-trascendencia, descubrir o recuperar la identidad espiritual del hombre?

Rogers: Es una buena pregunta. Siento que algún otro puede desarrollar el punto de vista de esa tendencia y dirección generales. 
 
P: Si usted tuviera otros ochenta y dos años por vivir, ¿se movería en este aspecto de la investigación?

Rogers: Es absolutamente posible. He tomado las trayectorias que otros piensan como muy atrevidas, pero creo que he sido muy cauteloso al incursionar en esos nuevos campos. Es absolutamente posible que si tuviera otros ochenta y dos años, me mueva en esta dirección.

P: ¿Entonces usted admite una diferencia entre el modelo de la tendencia actualizante  que propone actualmente y la actualización de la trascendencia del ser?

Rogers: Mi teoría de la tendencia actualizante crece junto a mi experiencia con los consultantes.  Debieron mis clientes desarrollarse tanto en su autotrascendencia que necesariamente se convirtió en parte de mi teoría. Y tengo la certera sensación de que nos estamos moviendo hacia una era donde los fenómenos de la auto-trascendencia serán más comunes, porque son más aceptados o porque ya era tiempo que ello emergiera. 
 
P: Ha sido discutido por Arnold Toynbee, entre otros, que los grandes valores espirituales, las sensibilidades, la verdad, la realización de la vida, fueran introducidos en la civilización humana por los grandes profetas, o amos espirituales, individuos como Jesús, Buddha, o Krishna. ¿Cómo se siente usted  ante la influencia de tan grandes personalidades en la historia humana?

Rogers: Convengo que han servido mucho para elevar el propósito de la vida, pero se han entendido muy mal a menudo, institucionalizándose de las maneras que son contrarias a su forma de vivir. Por ejemplo, pienso que ha habido siempre una corriente de lo que llamaría cristianismo verdadero o corriente verdadera de algunos de los principios de Jesús. Pero por sobre esa corriente han estado los aumentos enormes de la teología y de la institucionalización que no son realmente esenciales para la base de las  enseñanzas de Jesús.
 
P: ¿Usted concebiría la posibilidad de que tales profetas hayan realizado un potencial humano que pueda servir a la gente como meta o guía posible para sus propias vidas? ¿Podría haber una directiva de evolución humana en lo que ellos encarnaron? 

Rogers: Sí, el pensamiento que me viene a la mente es la noción de Teilhard de Chardin sobre noösphere (noosfera). Podemos desarrollarnos en nuevas formas de existencia espiritual. Así pues, los líderes religiosos históricos habrían sido realmente una base para ello.
 
P: Usted ha escrito sobre una búsqueda fundamental que se puede resumir en la pregunta "quién soy yo realmente?" ¿Ha encontrado una respuesta tentativa o concluyente para sí mismo?

Rogers: Encuentro respuestas cambiantes. Estoy seguro que no sé quién soy realmente, pero eso es lo interesante, estar en contacto con muchos aspectos de mí mismo, más de lo que acostumbraba a estar.  Pienso que estoy más abierto a mi propia experienciación de lo que estaba en el pasado. 

P: ¿Usted encuentra que la aceptación positiva incondicional, también tiene contrapartes emocionales que se relacionan con el equanimidad o el serenidad?

Rogers: Sí. Pienso que la  "aceptación positiva" en una relación y en uno mismo tienden hacia una paz interna o a la  tranquilidad o, si uno es afortunado, hacia la serenidad.
 
P: ¿Usted siente que la aceptación positiva de sí mismo puede tener una función trascendental en la superación? ¿O podría ser que se desarrolla dentro de uno?

Rogers: Experimento que en la mayoría de las situaciones que he descrito hay una proximidad intensa con el consultante y esa parece ser una forma transcendental de aceptación.
 
P: Para comenzar, usted utiliza la aceptación positiva incondicional como una clase de llave a la interacción, pero entonces la apertura se convierte en un estado conciente para usted en el cuál ocurre una cierta serenidad o conección. La aceptación positiva incondicional es un método y también un estado. ¿Sería ésta una descripción exacta?

Rogers: Es un contínuo camino de encuentro vivencial. Esto incluye la aceptación a la belleza de mis fucsias (flores), tanto como aquello que se internaliza en mí, como aquellas cosas que se internalizan en una relación. 
 
P: ¿Tiene comentarios finales? 

Rogers: Diría que usted me ha obligado a examinar aspectos de mi pensamiento que me han revelado algo en nuevas áreas. Realmente aprecio eso. También me ha hecho caer en la cuenta cuánto confío en la  experiencia más que en la teoría, los significados personales aún más que en las formulaciones intelectuales.
 
(Laughing Man Magazine, 1984)
 
 

25 de septiembre de 2014

La meditación genera cambios en la estructura física del cerebro

La meditación genera cambios en la estructura física del cerebro


En un estudio dirigido por el Hospital General de Massachusetts, publicado en Psychiatry Research en 2006, se ha podido comprobar cómo la práctica de la meditación puede transformar la estructura física del cerebro. 

A través de imágenes por resonancia magnética se pudo probar que se generaron cambios en la corteza prefrontal del cerebro. Esto no es una novedad para la neurociencia que ya había comprobado antes cambios físicos a nivel cerebral en maestros budistas o monjes con mucha experiencia, como en las investigaciones del Dr. Tomio Hirai ("Las evidencias científicas de los efectos del Zazen en la mente y en el cuerpo" 1989) Lo novedoso de este estudio es que se realizó con población occidental, que vive y trabaja en ciudades, y que no eran grandes expertos en meditación.


“Los participantes en el grupo de meditación pasaron 27 minutos cada día practicando estos ejercicios. Sus respuestas a un cuestionario médico señalaban mejoras significativas en comparación con las respuestas antes del curso. El análisis de las imágenes por resonancia magnética encontró un incremento de la densidad de materia gris en el hipocampo, una zona del cerebro importante para el aprendizaje y la memoria, y en estructuras asociadas a la autoconciencia, la compasión y la introspección. Además, se descubrió una disminución de la materia gris en la amígdala cerebral, un conjunto de núcleos de neuronas localizadas en la profundidad de los lóbulos temporales, lo que está relacionado con una disminución del estrés. Ninguno de estos cambios fueron observados en el grupo de control formado por otros voluntarios, lo que demuestra que no fueron resultado solo del paso del tiempo”

“Aunque la práctica de la meditación está asociada a una sensación de tranquilidad y relajación física, los médicos han afirmado durante mucho tiempo que la meditación también proporciona beneficios cognitivos y psicológicos que persisten durante todo el día”, explica la psiquiatra Sara Lazar, autora principal del estudio.

Para más información pueden leer el estudio completo en:

 

24 de septiembre de 2014

Meditación: La Mente Silenciosa por J. Krishnamurti


La dificultad de los seres humanos es que nunca han observado
un árbol, un pajaro, sin división.
Y debido a que nunca observan totalmente a un árbol ó un pájaro,
no pueden observarse a sí mismos completamente.
 
La experiencia personal tiene muy poca validez en los asuntos religiosos; no obstante, los seres humanos han dado importancia a la persona.
La persona representa la tradición, la autoridad , la forma de vivir, y a traves de eso esperan conseguir o alcanzar la iluminación o el cielo.
Pero la experiencia personal no tiene ningún valor en relación con la verdad.
 
Así, pues, negar la experiencia personal es negar el “yo”, porque el”yo” es la esencia misma de toda experiencia, que es el pasado.
 
Porque la verdad no es algo que uno experimente; la verdad no es algo hacia lo cual uno avanza gradualmente; no es a traves de innumerables días de práctica, de sacrificio, de control, de disciplina, que uno puede alcanzarla.
 
Si lo hace, entonces es una experiencia personal, y si se trata de una experiencia personal, entonces hay división entre el “yo”, la persona y la cosa que uno experimenta. Aunque uno intente identificarse con esa experiencia, seguirá habiendo división.
 
¿Puede el hecho de ajustarse a un modelo – sea el que sea - conducir a la verdad? Es obvio que no. 
“Quizás recuerden ustedes la historia de cómo el diablo y un amigo suyo estaban paseando por la calle cuando vieron delante de ellos a un hombre que levantaba algo del suelo y, después de mirarlo, se lo guardaba en el bolsillo. El amigo preguntó al diablo:
“¿Qué recogió ese hombre?” “Recogió un trozo de la Verdad”, contestó el diablo. “Ese es muy mal negocio para ti, entonces”, dijo su amigo. “Oh, no, en absoluto”, replicó el diablo, “voy a dejar que la organice”.
 
Al ver cómo las religiones organizadas realmente han destruido la verdad, inculcando en el ser humano mitos absurdos para que se porte bien, si uno se da cuenta de todo eso, ¿ qué lugar tiene entonces la meditación? ¿Qué lugar tienen los guías, los gurús, los salvadores, los sacerdotes?
 
¿Es la meditación algo que deba practicarse diariamente? Practicar significa conformarse con un modelo, imitar, reprimir; ya sabe, todo lo que está implicado en el conformismo.
 
¿Acaso uno medita porque se trata de una larga y establecida tradición?
¿Meditamos por eso?
 
¿Qué es la meditación tradicional, ya sea cristiana, hindú, budista, tibetana ó Zen? Ya sabe: todas las diferentes meditaciones y sus escuelas, para mí eso
no es meditación en absoluto. Entonces ¿qué es meditación?
 
¿Porqué hacer de la meditación un problema? Los seres humanos tenemos suficientes problemas, tanto físicos como psicológicos. ¿Porqué hacer de la meditación un problema más? ¿Por qué añadirle al ser humano un problema más, cuando ya tiene miles?
 
¿Es la meditación una forma de evadirse de los problemas, de evitar lo que realmente es y, por tanto, no es meditación en absoluto? ¿O la meditación es comprender el problema de vivir?
 
Si meditar representa un problema, si uno hace de la meditacion otro problema .... por ¡Dios! Déjela. ¿Comprende que quiero decir?
 
Personalmente, niego toda esa clase de meditación, toda práctica, el constante repetir una palabra como hacen en India, en Tibet, por todo el mundo, ya sea el Ave Maria o cualquier otra palabra. Repetir, repetir, repetir; eso no tiene ningún sentido: vuelve a la mente más absurda y grotesca de lo que es.
 
A menos que el ser humano sea una luz para sí mismo, nada tiene importancia, porque si depende de alguien, se encuentra entonces en un estado de perpetua ansiedad.
 
Primero tiene que solucionar sus problemas, ¿no es así?. Debe poner orden en la casa, en la casa en la que vive, y esa casa es el “yo”-mis pensamientos, mis sentimientos, ansiedades, culpa, pena- debe poner orden ahí. Sin ese orden, ¿cómo seguir adelante?.
 
No estoy buscando orden; estoy viendo que hay desorden y quiero saber porqué lo hay. No pretendo encontrar orden, porque entonces aparecen todos los gurús y todo lo demás.
 
De modo que no deseo orden; sólo quiero descubrir por qué en nuestras vidas hay tal caos y desorden. El ser humano tiene que descubrirlo, no pedirle a alguien que le diga si hay desorden.
 
Si uno intenta solucionar el desorden será siempre alguna idea preconcebida del orden; es decir, según el orden cristiano, el orden hindú, el orden socialista, el orden comunista; cualquier orden. Mientras que si uno observa completamente el desorden, entonces ahí no hay dualidad.
 
Mirar el desorden sin el “yo”. ¿Es eso posible?. Porque entonces eso es meditación. ¿Lo entiende señor?, no toda esa tontería de la que hablan.
 
Observar sin división, observar sin el “yo”, que es la misma esencia que el pasado, ese “yo” que afirma, “debería”, “no debería”, “tengo que”, “no tengo que”; ese “yo” que dice: “ he de alcanzar”, “ he de llegar a Dios”, o lo que sea.
Entonces, ¿es posible observar sin el “yo”?
 
Uno no puede experimentar la inmensidad del océano. Ahí está para que uno lo mire; pero no es su océano. Así pues, si deja todo eso a un lado surge la pregunta: ¿es posible observar sin el “yo”?; observar este desorden total
de los seres humanos, sus vidas, el modo en que viven; ¿es posible observarlo sin división?
 
Para observar totalmente,no debe haber ninguna evaluación en absoluto.
 
La meditación no es la búsqueda de una experiencia trascendental que le proporcionará gran energía para volverse más malicioso. La meditación no es un logro personal, ni sentarse cerca de Dios.
 
La meditación es un estado de la mente en la cual el “yo” esta ausente y, por tanto, esa misma ausencia trae orden, y deber haber ese orden para seguir adelante. Sin ese orden las cosas se vuelven absurdas.
¿Puede la mente observar sin tiempo, sin la memoria, que es el alimento de la mente?
 
Como ve señor, después de todo, lo único que uno puede hacer es señalar y ayudar a la persona a ir hacia la puerta; pero de ella depende abrir esa puerta.
 
Una mente que ha investigado, que ha indagado todo esto, se vuelve extraordinariamente activa y, por tanto, silenciosa.
 
Para observar el desorden, el “yo” con sus recuerdos, con sus estructuras del tiempo, no debe estar presente; entonces en esa cualidad hay una quietud en la mente que observa, y esa quietud no es algo que se consiga por ninguna práctica, sino que viene con naturalidad cuando uno tiene orden.

(Meditación: La Mente Silenciosa por J. Krishnamurti)

Sobre la meditación - Krishnamurti


krishnamurti
Entrevistador: ¿Qué entiende usted por meditación? La palabra aparece con frecuencia en sus libros. Antes de venir a verlo, la busqué en el diccionario Oxford, y dice que meditar significa entregarse al pensamiento. Pero usted no quiere que nosotros hagamos eso.

Krishnamurti: Uno tiene que investigar esto para saber qué significa realmente; para mí es una de las cosas más importantes.

Entrevistador: ¿Podría ello explicarse mejor si usted me dijera lo que la meditación no es?

Krishnamurti: Iba a sugerir justamente eso. Vea, existen distintas escuelas de meditación. Ofrecen diversos sistemas, métodos, y dicen que si uno practica estos métodos día tras día, obtendrá cierta forma de iluminación, cierta experiencia extraordinaria. En primer lugar, toda la idea de los sistemas y métodos implica repetición mecánica, y eso no es meditación. Ahora bien, ¿es posible no dejar que la mente se embote por la repetición y estar alertas a este movimiento del pensar, sin reprimir, sin tratar de controlar los pensamientos, sino sólo estar atentos a todo este impulso del pensar, a este parloteo constante?

Entrevistador: Pero nosotros verbalizamos nuestros pensamientos todo el tiempo, ¿no es así?

Krishnamurti: De eso se trata. El pensamiento existe sólo en palabras o en imágenes. La meditación exige la más extraordinaria de las disciplinas, no la disciplina de la represión y el ajuste, sino esa que surge cuando uno observa su pensar, cuando hay una observación del pensamiento. Esa observación misma trae su propia disciplina, una disciplina extraordinaria, sutil, que es absolutamente necesaria.

Entrevistador: ¿Para esto tiene uno que descartar el tiempo?

Krishnamurti: Señor, usted puede hacerlo en cualquier momento. Puede hacerlo cuando está sentado en un autobús, o sea, que puede prestar atención, observar, estar atento a lo que pasa a su alrededor y a lo que ocurre dentro de usted, puede estar alerta a todo ese movimiento. Vea, la meditación es en realidad una forma de vaciar la mente de todo lo conocido. Sin esto, usted no puede dar con lo desconocido. Para ver algo nuevo, totalmente nuevo, la mente tiene que vaciarse de todo el pasado. La Verdad, o Dios, o cualquier nombre que uno quiera darle, debe ser algo nuevo, no el resultado de la propaganda, del condicionamiento. El cristiano está condicionado por dos mil años de propaganda; el hindú, el budista, están igualmente condicionados. De modo que para ellos Dios o la Verdad es el resultado de la propaganda. Pero eso no es la Verdad. La Verdad es algo que vive día a día. Por lo tanto, la mente debe vaciarse para poder mirar la Verdad.

Entrevistador: ¿Uno borra la pizarra, por así decirlo?

Krishnamurti: Eso es la meditación.

Entrevistador: Y entonces uno alcanza esta percepción relajada y total de “lo que es”.

Krishnamurti: De “lo que es”, correcto. Y “lo que es” no es algo estático, es extraordinariamente activo. Y, por lo tanto, la mente que de verdad se halla en meditación, la mente meditativa, es una mente muy silenciosa, y ese silencio no es producto de la supresión del ruido. No es lo opuesto del ruido. Adviene cuando la mente se ha comprendido por completo a sí misma; en consecuencia, no hay en ella ni un solo movimiento, lo cual implica que las células cerebrales mismas se han aquietado. Y entonces todo ocurre en ese silencio. Es algo extraordinario, si es que uno lo ha observado. Ésa es la verdadera meditación, no toda esta falsa aceptación de la autoridad, la repetición de palabras y todo ese negocio. Todo eso es un desatino.

Entrevistador: ¿Puedo tratar de recapitular, y usted me dirá si he entendido mal? La meditación, a mi parecer, es el proceso esencial para liberarnos del condicionamiento.

Krishnamurti: Así es, correcto.

Entrevistador: Y si yo descarto este peso muerto de la autoridad, si descarto todo lo que me han dicho, en ese instante estaré totalmente solo, pero en ese estar solo tengo una oportunidad de comprender lo que realmente soy.

Krishnamurti: Y lo que es la Verdad o Dios o el nombre que usted prefiera darle.

(Extracto del libro Encuentro con la vida, de Jiddu Krishnamurti)
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